Los Adblockers son barreras que no permiten que la publicidad invasiva y de poco interés aparezca en los dispositivos de los usuarios. La tendencia comenzó con la app AdBlock y su creador Michael Gundlach. Este hombre, harto de que las personas recibieran contenido en internet de naturaleza intrusiva, buscó la forma para ponerle fin y lo logró.
Su éxito fue tal que hoy 40 millones de usuarios utilizan Adblockers, lo que significa que hay mucha gente libre de banners y pop-ups que no desean ver. La creación de este tipo de herramientas fue prácticamente espontánea, una respuesta a la publicidad en la web que no respeta el espacio del internauta, que hoy es quien decide qué ver en la pantalla de su dispositivo.
La dinámica de los medios tradicionales, donde se coloca publicidad sin importar si al público le interesa o no, comienza a quedar en el pasado dentro del mundo digital. Ahora la audiencia tiene el control.
Cómo responder a este bloqueo
Las marcas deben dejar de generar comunicación que dispare para todas partes y que sea posiblemente capturada por Adblockers. Tienen que centrarse en su grupo objetivo, las personas que podrían estar interesadas en su producto o servicio debido a su perfil y necesidades particulares. A este segmento de individuos tendrán que estudiarlo en profundidad, detectando gustos y aspiraciones que permitan ponerse en sus zapatos. De esta manera podrán crear contenido que sea relevante para ellos y que vean por iniciativa propia, ya que sienten que aporta a su estilo de vida.
Por ejemplo, si se venden bicicletas de ruta, la empresa tendría que nutrirse del perfil de los ciclistas y la cultura que gira en torno a este deporte. El contenido podría hablar sobre distintos tipos de entrenamiento según una variedad de objetivos, próximas cicletadas, panoramas junto a otros fans, artículos sobre este medio de transporte y su mantención. Se podrían publicar en un blog corporativo o en redes sociales. La marca siempre estaría presente en estos elementos, impregnándose de valor agregado debido a una comunicación no invasiva y con la capacidad de fidelizar, lo que se traduce en seguidores y posibles compradores.
De esta manera funciona el Inbound Marketing: conociendo el perfil al cual se desea llegar y definiéndolo. Así, la comunicación nace por si sola y los Adblockers dejan de ser un problema.