¿Cuántas veces has visto en las redes sociales a una de tus celebridades favoritas promocionando un producto o marca? Si una de estas campañas llamó tu atención, e incluso te llevó a hacer una compra, es un éxito del marketing de influencias.
Ahora, ¿qué es eso? Se trata de la habilidad que tiene una empresa para generar un impacto que cambie el curso de acción de sus clientes a través de un intermediario conocido como influencer o influenciador.
El marketing de influencias se fundamenta en principios psicológicos que suponen que un líder carismático, con poder de convencimiento y capacidad de atraer la atención, puede llegar a dominar la “mente de las masas”. La clave es encontrar a una persona que impacte tanto emocional como cognitivamente al cliente, haciendo que, a su vez, se modifiquen sus decisiones.
El influenciador entonces se convierte en una poderosa herramienta que hará que la marca que representa amplíe los alcances del mensaje que entrega y que el producto o servicio promocionado tenga el aval de alguien prominente. Por lo general se trata de una figura pública, pero también puede ser un blogger, youtuber, o un usuario de redes sociales con muchos seguidores.
Ahora, ¿cómo se elige al influencer?
Esto se logra entendiendo y conociendo a nuestros consumidores. El marketing de influencias no se considerará efectivo en función de las ventas, sino en base a las decisiones que tomen los receptores, por lo que conocer sus intereses particulares es vital.
Por ejemplo, un hotel en Torres del Paine puede diseñar una estrategia orientada a personas que les guste practicar snowboard, y para ello, se deberá buscar a una figura conocida en el mundo de los deportes de nieve. Al ver la publicidad o la publicación en Facebook o Twitter, se generará un impacto, porque el cliente se identificará con el influenciador. Sentirá que parte de su “red social” ha adquirido el producto. Suben entonces las probabilidades de que quiera comprar el mismo bien.
Antes se usaba el método de transmisión de mensajes comerciales persona a persona, pero con el impacto de las redes sociales es posible amplificar esa influencia a un grupo más grande, que simultáneamente recibe la información.